Seguidores

17 de mayo de 2014

"Mis niños"







Hace mucho que no escribo y hoy lo retomo para dedicárselo a todos ellos; los que me han hecho reconfirmar cuál es la chispa de la vida. Los que me han hecho creer que un mundo mejor es posible. Los que cada viernes, al salir por la puerta, han hecho que deseara volver a cruzarla la semana siguiente.
Hoy acaba una etapa. Me atrevo a decir que una de las etapas más importantes de mi vida.  
Llega el momento que llevas preparando todo este tiempo, que ha llenado de ilusiones tus días. El día esperado por todos los que participan de esta aventura... Llega sin previo aviso, recordándote que el tiempo pasa muy deprisa y que no existe coraza que proteja al corazón de las despedidas.
Ya han pasado tres años desde aquel primer día en frente de unos renacuajos de tan solo 8 añitos. Lo recuerdo como si fuera ayer… Siempre que te embarcas en una nueva aventura los nervios, las dudas e inseguridades se hacen fuertes, pero ellos desde el primer momento hicieron que los miedos desaparecieran, las corazas se rompieran y la ilusión lo iluminara todo. ¡Quién me diría a mí que llenarían tanto mi vida!
Hoy, echando la vista atrás me doy cuenta que con ellos he recibido mucho más de lo que he dado; he crecido en todos los niveles (ya ves, ¡cómo pasa el tiempo!); me he contagiado de la inocencia y las ganas que tienen por todo lo que hacen; todo el cariño recibido sin merecerlo, me han enseñado que un amor real no tiene límites, que es entregado a borbotones, sin esperar nada a cambio. Con ellos he aprendido lo esencial de la vida: VIVIR.  
Cada viernes en la sala Kotska ha sido especial. Las risas, las miles de preguntas que se les pueden ocurrir en unos minutos, los bailes y las bromas, los juegos, la ayuda entre ellos, la amistad en mayúsculas, los cotilleos y confidencias, los abrazos, los piques y broncas, las sonrisas, las lágrimas y la mano que ayuda a secarlas, los chistes contados, las gominolas regaladas, los silencios compartidos y el camino andado… Todo lo que transmiten y no se dan cuenta. Los te quiero regalados que llenan el corazón. Las mil anécdotas que viajaran contigo. Que no importa si tienes un mal día porque ellos te lo solucionan, tienen la gran capacidad de dar importancia a aquello que de verdad lo tiene. Son capaces de sacarte una sonrisa en el día más amargo. ¡Cuánto que aprender y cuánto que agradecer!  
Sólo puedo decir GRACIAS por estos 3 años vividos; a los míos por todo lo compartido; a todos los demás, que alegran la vida a cualquiera; a los padres y madres que les acompañan, transmiten y quieren, por todo lo confiado; a los que han participado de alguna manera en esta aventura y han puesto su granito de arena para que todo saliera bien; a mis compañeros por toda la confianza dada, lo compartido y transmitido y a ti, por no dejarnos, por recordarnos que esto merece la pena y que no hay mejor forma de vivir la vida que entregándola.
Pase el tiempo que pase seguirán siendo “mis niños”.
Por vosotros, que dais fuerza y luz a mi vida; Roberto, Teresa, Vega, Javi, Alex, Inés, María, Roberto, Hugo, Alex y Miriam.
Irene

1 comentario:

Sonrisas