La sonrisa no cuesta nada y produce mucho. Enriquece a quien la recibe, pero no empobrece a quien la da. No dura más que un instante, pero su recuerdo puede ser inolvidable. Nadie es tan rico que no la necesite, ni tan pobre que no la merezca. Sólo tiene valor en el momento que se da, pero si encontraras alguna vez, quien no te da la sonrisa que esperabas, se generoso y dale la tuya, porque nadie tiene más necesidad de una sonrisa, cómo aquel que no sabe sonreír a los demás.
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11 de diciembre de 2011
7 de diciembre de 2011
Sonrisas
EL VALOR DE UNA SONRISA
No cuesta nada, pero crea mucho.
Enriquece a quienes reciben, sin empobrecer a quienes dan.
Ocurre en un abrir y cerrar de ojos, y su recuerdo dura a veces para toda la vida. Nadie es tan rico que pueda pasarse sin ella, y nadie es tan pobre que no pueda enriquecer por sus beneficios. Crea la felicidad en el hogar, alienta la buena voluntad en los negocios y es la contraseña de los amigos. Es descanso para los fatigados, luz para los decepcionados, sol para los tristes, y el mejor antídoto contra las preocupaciones.
Pero no puede ser comprada, pedida, prestada o robada, porque es algo que no rinde beneficio a nadie, amenos que sea brindada espontánea y gratuitamente.
Y si en la extraordinaria afluencia de estos días de navidad tan agitados no podemos darle una sonrisa al de nuestro lado, ¿podemos pedirte que nos des una sonrisa tuya?
Porque nadie necesita tanto una sonrisa como aquel a quien no le queda ninguna que dar.
Enriquece a quienes reciben, sin empobrecer a quienes dan.
Ocurre en un abrir y cerrar de ojos, y su recuerdo dura a veces para toda la vida. Nadie es tan rico que pueda pasarse sin ella, y nadie es tan pobre que no pueda enriquecer por sus beneficios. Crea la felicidad en el hogar, alienta la buena voluntad en los negocios y es la contraseña de los amigos. Es descanso para los fatigados, luz para los decepcionados, sol para los tristes, y el mejor antídoto contra las preocupaciones.
Pero no puede ser comprada, pedida, prestada o robada, porque es algo que no rinde beneficio a nadie, amenos que sea brindada espontánea y gratuitamente.
Y si en la extraordinaria afluencia de estos días de navidad tan agitados no podemos darle una sonrisa al de nuestro lado, ¿podemos pedirte que nos des una sonrisa tuya?
Porque nadie necesita tanto una sonrisa como aquel a quien no le queda ninguna que dar.
6 de diciembre de 2011
Locura.
Yo no sufro de locura, ¡la disfruto cada minuto!
Me llaman loca, me gusta despeinarme aunque me quede mal, me encanta mojarme bajo la lluvia y bailar sin música. Gritar hasta que se me acabe la voz, besar hasta desgastar mis labios, correr como si no hubiera mañana, me encanta saltar y cantar en la ducha. Y sobretodo me chifla que me hagan reír. Y es que a veces pienso que si no estuviera loca, no podría salir adelante.
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