Seguidores

9 de septiembre de 2012

Un fuego que enciende otros fuegos



Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.

- El mundo es eso - reveló - un montón de gente, un mar de fueguinos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Alguno fuegos; fuegos bobos, no alumbran ni queman, pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear. Y quien se acerca, se enciende.




1 comentario:

  1. Qué buen modo de definir a la gente, mirando sus fuegos...
    Me gusta tu blog.
    Saludos desde Madrid

    ResponderEliminar

Sonrisas