Una tiende a ir cargando la mochila. De nombres y rostros. De
libros y palabras. De historias y recuerdos. De besos y algún que otro golpe.
No está mal esto de tener memoria, pero también hace falta, es imprescindible,
mirar siempre adelante, a un horizonte nuevo, a algo que se convierta en motor,
en aliento, en camino, en estímulo, en meta…
La sonrisa no cuesta nada y produce mucho. Enriquece a quien la recibe, pero no empobrece a quien la da. No dura más que un instante, pero su recuerdo puede ser inolvidable. Nadie es tan rico que no la necesite, ni tan pobre que no la merezca. Sólo tiene valor en el momento que se da, pero si encontraras alguna vez, quien no te da la sonrisa que esperabas, se generoso y dale la tuya, porque nadie tiene más necesidad de una sonrisa, cómo aquel que no sabe sonreír a los demás.
Me gustó mucho lo que escribiste :)
ResponderEliminarUn beso,
http://pdepaty.blogspot.com.es
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarA paso de guerrero; que bonito pensar
ResponderEliminarno podía comentar, que lindo espacio.