Aprendí que perdiendo también se gana. Aprendí que
la memoria no borra, esconde. Que el tiempo no cura, pero ayuda a sanar.
Aprendí a escuchar cuando oí su silencio, a pedir perdón cuando me di cuenta
del error. Aprendí a levantar la cabeza cuando sentí odio, a llorar cuando me
di cuenta de que no valió la pena y a reír cuando soñé con su sonrisa. Aprendí
a recordar cuando entendí que todo vale la pena. Aprendí que no termina, que
cambia de forma. Que hay que rodear y llegar al otro lado para darse cuenta de
que siempre es lo mismo. Aprendí que el “nunca más”, nunca se cumple y que el
“para siempre”, siempre termina. Aprendí que el que quiere puede y lo consigue.
Que a veces el que arriesga no pierde nada y que perdiendo también se gana.
Para aprender a andar antes hay que caer, para celebrar los triunfos hay que
aprender a aceptar las derrotas, para sonreír hay que saber sufrir, para saber
valorar las grandes cosas antes hay que aprender a valorar los pequeños
detalles y para conseguir algo antes debes creer en ti.
La sonrisa no cuesta nada y produce mucho. Enriquece a quien la recibe, pero no empobrece a quien la da. No dura más que un instante, pero su recuerdo puede ser inolvidable. Nadie es tan rico que no la necesite, ni tan pobre que no la merezca. Sólo tiene valor en el momento que se da, pero si encontraras alguna vez, quien no te da la sonrisa que esperabas, se generoso y dale la tuya, porque nadie tiene más necesidad de una sonrisa, cómo aquel que no sabe sonreír a los demás.
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28 de febrero de 2013
21 de febrero de 2013
GRACIAS
Sólo hay una palabra que defina el día de hoy: Gracias. Porque después del esfuerzo,
la dedicación y, sobre todo, la ilusión de niños, profesores, jóvenes,
familias, mayores… hoy ha sido un gran día.
Gracias a todos los que se han involucrado de una manera u
otra; organizando, con la música, ensayando el baile, preparando los juegos y
ayudando en ellos, bailando o repartiendo los bocadillos. Gracias, porque salió
el Sol y se dio ese pequeño 7% de posibilidades que había de que fuese un
bonito día.
Gracias a todos los que han hecho este día posible.
11 de febrero de 2013
El día de hoy, es el mañana de ayer
A veces no nos damos cuenta de lo
rápido que pasa el tiempo, de lo veloces que corren los segundos, sobre todo
cuando intentas pararlos sin éxito. El tiempo no se preocupa en preguntarte si
estas preparada para que pase, pasa sin más y eres tú la única persona que se
puede encargar de ir a la par.
El tiempo pasa para todos, hasta para los que
prefieren anclarse en el pasado, y recrearse en aquellas historias que se
acabaron sin un final feliz. Muchos ilusos creen que el tiempo es un aliado que
nos cura las heridas, pero se equivocan el tiempo no cura nada, el tiempo solo
te aleja de las situaciones que quieres olvidar, pero el tiempo no es capaz de
borrar los recuerdos, que duelen como balas en el alma, el tiempo no puede
hacernos olvidar aquellas personas que estuvieron pero ya no están, el tiempo
no te ayuda a superar las traiciones ni puede borrar las caricias, los besos,
los abrazos ni los momentos. El tiempo no borra absolutamente nada, solo te
hace recordar que el pasado al que te aferras jamás volverá por mucho que te
empeñes, por mucho que llores, ni por mucho que lo recuerdes.
4 de febrero de 2013
Risas y confianza, vida y danza
¿Cuántas veces me pongo delante de un papel intentando
escribirte todo aquello que siento? Cuántas… Y nunca lo hago porque no tengo el
valor suficiente para darle después a “enviar”.
Hoy, decidida a ello, lo voy a hacer.
Me acuerdo del día en que te conocí, hace ya 5 años. De cómo
algo tan especial y sincero como es la expresión de lo que sentimos nos unió. Y
de ahí comenzamos nuestra andadura juntas.
Una amistad no se valora por cuantos “te quiero” se dicen,
sino por los momentos vividos juntas. Por ello se que nuestra amistad a valido
millones, que no hay momento que se me olvide, ni recuerdo que no me haga sonreír.
Bailes. Sonrisas. Películas de miedo, de risa o de amor. Cotilleos. Sorpresas. Festivales.
Tardes y tardes sin parar de reír. Secretos. Miradas. Carcajadas. Veranos e
inviernos. Vida.
Yo se que tu amistad para mi ha sido como un tesoro y que
por circunstancias de la vida nuestros caminos tomaron direcciones diferentes,
pero no por ello significó un punto y final. Pues como amistad verdadera
siempre estaremos ahí la una para la otra. En la sombra. Sin destacar
demasiado. Pero ahí. Para aparecer en el momento oportuno, con la palabra
exacta en el instante perfecto. Con una palabra de ánimo o de cariño, queriendo
siempre lo mejor para la otra.
Recuerda, “compartir
risas y confianza, vida y danza”.
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