De repente, como tormenta de verano inesperada, aparece.
Aparece para alegrarte en el instante perfecto con la palabra exacta. En un
segundo, quien menos te lo esperas lo da
todo por ti.
La vida te enseña a vivir, a aprender a base de golpes
y de alegrías, a superar las barreras y a tener valor de tomar decisiones
radicales que, aunque vayan a cambiar todo 180º, merecen la pena tomarlas.
Aprendes a base de experiencias que te van formando, te van haciendo madurar. Tu
día a día es mucho más fácil cuando tienes a gente a tu lado que te apoya, que
no te deja caer o amortigua tu caída, que se alegra con tus alegrías y se
entristece con tus lágrimas, que se entrega a ti, que camina a tu lado,
escuchándote atentamente; sin juzgarte.
Pase el tiempo que pase, estemos donde estemos; hay
cosas que simplemente no se olvidan.